sábado, 18 de septiembre de 2010

El Sindrome De Kurt Cobain

Desde la adolescencia Kurt Cobain sufrió problemas gastrointestinales que jamás fueron adecuadamente diagnosticados ya que, probablemente, se trataba de un desorden psicosomático: "¡Por favor Dios!. ¡Que se vayan a la mierda los discos exitosos!. Lo único que quiero es que esta misteriosa e inexplicable enfermedad lleve mi nombre. Y el título de nuestro nuevo álbum doble será "El Síndrome Cobain". Una ópera-rock acerca de vomitar jugo gástrico, acerca de ser casi un anoréxico, un chico grunge de Auschwitz. E irá acompañado con un vídeo de mi última endoscopia", así describía el cantante su supuesta enfermedad en su diario. Lo cierto es que Kurt Cobain vomitaba. Vomitaba sangre, bilis, muy seguido. También vomitaba cuando estaba nervioso y vomitó durante casi toda su relación con Tobi Vail, una chica punk militante feminista a la que nunca logró enamorar, la musa del 80 por ciento de las canciones de "Nevermind", vomitó hasta el punto de dedicarle en una canción, "Aneurysm", la frase: "Te amo tanto que me dan náuseas".

Para aliviar su dolor estomacal Kurt Cobain decidió convertirse en un adicto a la heroína. Así lo explicaba en su diario: "Cuando volví de la segunda gira europea con Sonic Youth decidí empezar a usar la droga para aliviar el dolor que venía sufriendo desde hacía más de cinco años, y que me había llevado a desear suicidarme. Durante cinco años, cada día, cada vez que tragaba, experimentaba un espantoso ardor, un dolor en la parte superior del estómago. El dolor se hacía más frecuente y peor en las giras, por falta de una dieta ordenada. Desde el principio de esta enfermedad tuve más de diez tratamientos invasivos en mis intestinos, que sólo lo encontraban irritado. Consulté 15 médicos y 50 tipos de medicamentos antiulcerosos. Lo único que funcionó fueron los opiáceos. Hubo muchos momentos en los que me encontré incapacitado literalmente, en cama, vomitando, muriéndome de hambre. Entonces me dije: si ya me siento como un yonqui, ¿por qué no ser uno?".

Así, la heroína empezó como un paliativo a su sufrimiento físico y emocional, pero acabó convirtiéndose en otra enfermedad que, de ser suprimida, sólo intensificaría la original. El círculo vicioso parecía que no tenía salida. Kurt Cobain podía ser la estrella de rock más famosa del mundo, pero sólo una semana antes de su suicidio, un traficante lo echó de su apartamento cuando tuvo una sobredosis. Pasó esa noche en un coche. Ninguno de sus amigos o familiares sabía donde estaba. Cobain, como lo había hecho tantas veces antes cuando su esposa le prohibió usar heroína en su casa, se inyectaba solo en habitaciones de motel, llamando a traficantes desde teléfonos públicos, en el mayor anonimato.
Kurt Cobain era capaz de asustar al drogadicto más experimentado con su audacia y las enormes dosis que era capaz de soportar. La noche en que se negó a entrar a un nuevo programa de desintoxicación, días antes de su muerte, su esposa y familiares lo dejaron solo, frustrados y enojados. La única persona que lo acompañó fue una joven que le vendió droga esa noche. Kurt estuvo hasta la madrugada preguntándole:

"¿Dónde están mis amigos cuando los necesito?".
''love you so much it makes me sick''

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